UNA INVITACIón de corazón
Cuando la Palabra es Rezo
Hay palabras que no se dicen…
se susurran al alma.
Hay sonidos que no se oyen…
se sienten como eco en los huesos antiguos.
Rezar es recordar.
Es trazar con la voz los caminos que nos devuelven a lo sagrado.
Es envolver la vida en vibración consciente,
como quien teje luz con hilos invisibles.
El rezo sostiene.
Protege.
Bendice.
Convoca.
Es el canto que entrelaza las almas,
que atraviesa el tiempo y el espacio,
que despierta la memoria de quienes fuimos
y de quienes aún estamos por ser.
Cuando nuestras palabras nacen del corazón
y se elevan con intención,
se convierten en puentes hacia lo divino,
en ofrendas vivas que nos cubren con el manto de los dioses
y la guía de los ancestros que ya caminaron este sendero.
Rezar es volver al origen.
A la primera chispa.
A la certeza sagrada de que no estamos solas ni solos.
Que hay algo mayor, más amoroso y eterno,
que escucha.