SERIE: El ARREBATO DEL ALMA

Elementos Universales: Custodios del Vínculo

PRELUDIO AL DÍA MUNDIAL DEL PAGANISMO

Introducción Inspiracional

El alma del mundo respira a través de sus custodios: agua, fuego, aire hecho humo, tierra hecha ceniza, metales que vibran, colores que irradian, fermentos que transforman. Desde los primeros pueblos hasta nuestros días, estos elementos han sido reconocidos como parientes sagrados, mediadores entre lo visible y lo invisible.

Cada altar indígena, cada danza agrícola, cada rezo frente al río o al fuego, testimonia una verdad simple y profunda: lo sagrado vive en la materia. Sin embargo, a lo largo de los siglos, estos vínculos fueron resignificados por las instituciones. Lo que era comunión libre se volvió ritual reglado; lo que era don espontáneo se convirtió en tributo bajo llave.

Este capítulo abre sus páginas como un espejo: para recordar que los elementos siguen vivos, aunque pretendieron ser domesticados.

Río sagrado y rituales de purificación con agua en contextos ancestrales y religiosos.

I. Agua: matriz y espejo del alma

En la India, el Ganges es madre y abuela: “todo aquel que se bañe en sus aguas será purificado” (Eck, 2012). En México, el manantial de Chalma fue venerado como espacio de fertilidad antes de ser cristianizado; allí los pueblos depositaban flores y velas, signo de gratitud al agua que renueva (Martínez, 2020).

Entre los Lakota, el inipi convoca al agua como vapor sanador, puente entre cuerpo y espíritu (Deloria, 2006). El agua era don libre, fuente y espejo de lo divino.

La Iglesia tradujo esta fuerza en bautismo: agua consagrada que marca pertenencia a una institución. Lo que fue río abierto, pasó a ser pila bautismal, agua bajo control clerical.

II. Fuego: memoria y transformación

El fuego enciende el ritmo de los solsticios, ilumina altares andinos y resguarda los templos africanos como corazón vivo. Para los Wixaritari, el fuego del peyote es abuelo y maestro (Negrín, 1985).

En la liturgia católica, esta llama ancestral se resignifica en el cirio pascual, en las velas marianas, en la flama del incensario. El fuego se mantuvo, pero como llama prescrita: sólo en ciertos días, bajo fórmula normativa (GIRM, 2011).

Fuego ritual encendido en ceremonia como símbolo de transformación y memoria.
Los Elementos Universales: Custodios del Vínculo

III. Humo: el Puente que Asciende

El copal mesoamericano, el tabaco caribeño y las hierbas en los inipi son columnas de humo que abren portales, mensajeros que suben a lo alto (López Austin, 1994).

El catolicismo convirtió ese gesto en incienso litúrgico, con uso restringido a celebraciones mayores, regulado en el General Instruction of the Roman Missal (2011). El humo libre se volvió humo de calendario.

IV. Flores: resplandor de gratitud

Las flores han sido siempre lenguaje de reciprocidad: desde los altares mesoamericanos hasta las guirnaldas budistas y los collares polinesios. En la cosmovisión náhuatl, el xochitl era símbolo de belleza y verdad (in xochitl in cuicatl: “flor y canto” como expresión de sabiduría).

En el catolicismo, las flores adornan altares marianos, procesiones de Corpus Christi y fiestas patronales, pero con regulación: se permiten en tiempos festivos y se retiran en cuaresma (Martínez, 2020). La gratitud espontánea se volvió ornamento calendarizado.

Los Elementos Universales: Custodios del Vínculo
Los Elementos Universales: Custodios del Vínculo

V. Tierra y ceniza: el Tiempo en Polvo

Las cenizas de los ancestros fueron guardadas como polvo sagrado en los Andes y en Mesoamérica; reliquias que unían a los vivos con los muertos (López Austin, 1994).

El catolicismo impuso el Miércoles de Ceniza como recordatorio penitencial: “Polvo eres y en polvo te convertirás” (Génesis 3:19). Una verdad universal transformada en rito de obediencia.

VI. Metales: custodios de energía

En África y Mesoamérica, el oro y la plata no eran acumulación de riqueza, sino canales de energía solar y lunar (Fernández, 2002).

En la Iglesia, los metales preciosos se convirtieron en cálices, custodias y relicarios. El metal vibrante pasó a ser propiedad consagrada de la institución.

Los Elementos Universales: Custodios del Vínculo
Los Elementos Universales: Custodios del Vínculo

VII. Colores: Vibraciones Visibles

Verde, rojo, blanco, negro y amarillo son los tonos cardinales de Mesoamérica; en África, cada color invoca a un Òrìṣà; en China, cada tonalidad corresponde a un elemento.

En el catolicismo, esos lenguajes se transformaron en ornamentos litúrgicos: blanco para pureza, verde para tiempo ordinario, rojo para martirio, morado para penitencia (Catecismo, 1993). El arcoíris cósmico se redujo a reglamento.

VIII. Fermentos: Vida que se Transforma


El pulque mesoamericano, la chicha andina, el tejuino wixárika, el ron afrocaribeño, el vino de palma africano y la kava polinesia son bebidas rituales de comunión y transformación (León-Portilla, 1992).

En el catolicismo, el vino fue resignificado como sangre de Cristo. Lo que en todas las culturas era metáfora de muerte y renacimiento quedó restringido a la eucaristía sacramental.

Los Elementos Universales: Custodios del Vínculo
Altar con los cuatro elementos en armonía, símbolo de resistencia y memoria espiritual.

Conclusión: Restitución de lo Elemental

El agua sigue corriendo, el fuego sigue ardiendo, el humo sigue ascendiendo, las flores siguen floreciendo. Los elementos universales resisten todo intento de domesticación.

La tarea que nos corresponde es liberar los elementos de las jaulas rituales y restituir el vínculo original: reconocerlos como parientes vivos, no como ornamentos regulados.

Porque mientras los elementos palpiten, el alma humana podrá recordar lo que le fue arrebatado.

Alianzas de Corazón Raíz y Mapas de Luz

Re-afirmación como plegaria y compromiso

Nuestra misión es custodiar el reencuentro con los elementos, recordar que lo sagrado vive en su vaso de agua, en una vela encendida, en la flor que ofrecemos, en el humo que respira se respira, en el maíz que fermenta.

Nuestra visión es acompañar a comunidades y personas a recuperar lo arrebatado: un camino donde la espiritualidad no sea privilegio bajo llave, sino vínculo libre, vibrante y compartido.

Nuestros valores son la gratitud, la reciprocidad, la integridad y la reverencia. Cada códice de Mapas de Luz, cada círculo en Alianzas de Corazón Raíz, es oración viva: acto de devolver a la tierra, al fuego, al agua y al aire su lugar en el corazón humano.

Bibliografía citada

  • Catecismo de la Iglesia Católica (1993). Librería Editrice Vaticana.
  • Deloria, V. (2006). The World We Used to Live In. Fulcrum Publishing.
  • Eck, D. (2012). India: A Sacred Geography. Harmony.
  • Fernández, J. (2002). African Religions and Philosophy. Heinemann.
  • GIRM (General Instruction of the Roman Missal) (2011). Librería Editrice Vaticana.
  • León-Portilla, M. (1992). Los antiguos mexicanos a través de sus crónicas y cantares. FCE.
  • López Austin, A. (1994). Tamoanchan, Tlalocan: lugares míticos de origen. UNAM.
  • Martínez, J. (2020). “Simbolismo indígena y apropiación eclesial en Mesoamérica”. Revista Estudios Históricos del INAH, 72, 75-90.
  • Negrín, J. (1985). El peyote y los huicholes. Siglo XXI.
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