¿Por qué llamamos Códices a nuestras lecturas en Mapas de Luz?

Es importante comprender que en nuestro sistema lo que generas no son cartas comunes. Son instancias que resguardan la voz del alma. Honrando cada existencia como un relato irrepetible, trazado entre las estrellas, los números y los latidos del corazón.

En los antiguos pueblos donde la sabiduría no se gritaba, sino que se susurraba al oído del tiempo, los códices eran mucho más que documentos. Eran contenedores vivos de memoria sagrada, ofrendas escritas que unían lo humano y lo divino.

Eran mapas de la conciencia, portales hacia la comprensión de lo invisible, resguardados por guardianes que sabían leer los signos entre líneas, los símbolos entre respiraciones.

En el sistema de los Mapas de Luz, cada códice no es un informe, ni una lectura estandarizada:
es una ceremonia.

Es una revelación íntima tejida con los hilos del alma.
Por eso, las llamamos Códices.

Llamarlas así honra su naturaleza sagrada y su función profunda: no pretenden predecir el futuro, sino revelar el presente más profundo. Son testimonios del alma encarnada, de sus ritmos, sus desafíos y sus danzas con lo eterno.

Un Códice no se consulta con la mente apurada,
sino con el corazón dispuesto.

Se abre como se abre un altar: con respeto, con presencia, con asombro.

Y así, nombrarlas códices es recordar que en cada ser hay una historia que merece ser revelada con belleza, profundidad y reverencia. Porque cada vida es un manuscrito cósmico, un códice vivo esperando ser descifrado.

¿Por qué Códices?

Review Your Cart
0
Add Coupon Code
Subtotal

 
error: Content is protected !!
Scroll to Top